sábado, 21 de mayo de 2011

Nada queda oie decir.

Si no hay libros en este mundo,...nada queda por decir, pero como los hay, es preciso leerlos.
Si no hay vino,.... nada queda por decir, pero como lo hay, es preciso beberlo leyendo un libro.
Si no hay lugares hermosos,... nada queda por decir, pero como los hay, es preciso conocerlos y disfrutarlos.
Si no tenemos parientes y amigos,...nada queda por decir, pero como los tenemos, debemos visitarlos y obsequierles nuestro afecto y una charla amable.
Si no tenemos a quien amar,... nada queda por decir, pero como lo tenemos, es preciso protejer y cultivar ese amor, y juntos pasear  y leer poesía.
Sin vino  pesía y mujeres hermosas, no tendría propósito la existencia, y se desperdiciarían las flores y la luna. Si uno ama a las flores con el mismo corazón que ama a las mujeres, siente un especial encanto por la vida misma.
Somos agraciados si podemos escuchar el trino de los pájaros en primavera, el canto de las cigarras en verano, el de los grillos anunciando lluvia, el murmullo de la brisa en otoño, el arrullo de una suave melodía en una noche de luna, el aleteo de los pinos  y los sauces anunciando tormenta y el respirar cadencioso a nuestro lado, de la mujer amada.